Palabras de María Fernanda Di Giacobbe, ganadora de la primera edición del Basque Culinary World Prize. «Porque el cacao no solo es «el fruto más perfecto», también es el instrumento para «cambiar a un país» e, incluso, la esencia del mismo: «Cada vez que hacemos un bombón proyectamos nuestro futuro y nos conectamos con la tierra», asegura, «no solo eso, el cacao te ayuda a ser feliz, mejora el humor y el estado de ánimo y haces mejor el amor». Eso sí, no todos valen porque no son iguales, ni mucho menos. En su opinión, el chocolate que comemos habitualmente, de producción industrial, tiene en su composición más azúcar que cacao y «es un absoluto desastre». Durante nuestro encuentro, como no podía ser de otra manera, hablamos sobre Venezuela. La chef describe la situación de su país sin ocultar su desesperación. De pequeña aprendió a amar la cocina en el seno de una familia donde, dice, siempre había alguien cocinando y de la cual obtuvo referentes de mujeres fuertes. «La historia da muchas vueltas y mi padre emigró de Italia a Venezuela para huir del hambre, cuando ahora sucede al revés», explica. Recuerda la Caracas cosmopolita y moderna en la que su progenitor prosperó como ebanista, una ciudad donde la gastronomía llegaría a convertirse en emblema de la nación: «Se trata de una cocina que utiliza los productos tradicionales y que tiene influencias españolas y portuguesas, a la que después se añadieron elementos de países del norte de Europa, porque vinieron muchos alemanes y holandeses. Venezuela es un lugar con una riqueza y diversidad de flora y fauna tan impresionante que los peces saltan a la sartén».

Hacia el XIX Curso Avanzado Internacional de Gerencia Cultural (CAIGC) | Julio 2023. En el marco de los 250 años del natalicio de Aimé Bonpland.